Skip to main content

¡Cuidado con los riesgos medioambientales!

Los peligros ambientales son primordiales para las organizaciones, y figuran entre los tres primeros puestos tanto en el Informe de Riesgos Gloables 2019 como en el Informe Excelencia en la Gestión del Riesgo. Ahora que estamos en medio de la temporada de huracanes, las empresas deben pensar detenidamente en las consecuencias que las grandes tormentas pueden ocasionar.

Los vientos huracanados, las marejadas ciclónicas y las lluvias torrenciales derivadas de fuertes fenómenos meteorológicos adversos pueden tener efectos devastadores en el medio ambiente, como la ruptura de instalaciones de contención y la dispersión de desechos, aguas residuales sin tratar y otro tipo de contaminantes. Además, el escape de combustible procedente de tanques rotos y vehículos averiados puede incrementar el nivel de contaminación, perjudicando las medidas de recuperación implementadas y arriesgando la salud de los trabajadores de emergencia, equipos de limpieza y habitantes.

Un riesgo de amplio espectro

Cuando las instalaciones de contención de una empresa experimentan roturas, ésta puede enfrentarse a diversos problemas, como la responsabilidad penal, por la dispersión de elementos contaminantes. Por ejemplo, las inundaciones en Texas provocadas por el paso del huracán Harvey causaron la pérdida de energía de una compañía química y sus contenedores de refrigeración dejaron de funcionar. El incidente resultó en grandes pérdidas económicas a causa del alojamiento de productos químicos dentro de la calefacción, dando lugar a explosiones, incendios y por supuesto, las consecuentes cargas judiciales.

A menudo, las consecuencias de los principales fenómenos meteorológicos sobrecargan a los servicios de emergencias generando retrasos en el proceso de investigación y limpieza. Surgen así nuevos inconvenientes, como la aparición de moho en propiedades que permanecen bajo el agua durante un período de tiempo prolongado y la contaminación del aire, que ralentizan el reinicio de las operaciones.

De igual modo, el proceso de reconstrucción puede llevar al descubrimiento de peligros ambientales desconocidos que ya existían antes de la tormenta, como la presencia de amianto en los materiales. La eliminación de esta sustancia es cara y puede prolongar aún más la interrupción de negocio, además de plantear nuevos retos a los equipos de limpieza.

Por ello, hay que tener en cuenta que hasta los mejores planes de mitigación pueden verse frustrados por los fenómenos climáticos y afectar a empresas que no han sufrido roturas, ya que los productos contaminantes pueden llegar a sus propiedades originando daños generalizados y posibles evacuaciones prolongadas. Asimismo, la limpieza de estos residuos y escombros supone un grave peligro para la salud.

Los propietarios entre los mayores afectados

Dan Glaser, CEO de Marsh & McLennan Companies, alertó durante su última aparición en “Bloomberg Daybreak: Americas” que las inundaciones  en Estados Unidos suponen un gran problema que afecta sobre todo a los propietarios y dueños de pequeñas empresas: “La cantidad de inundaciones se ha triplicado desde la década de los 80. Se manifiestan en torno a 15 desastres al año. El problema es que la mayoría de los propietarios no están asegurados. Existen diversas razones que lo explican: a menudo se tiende a pensar que la póliza estándar cubre inundaciones, se cree que el gobierno indemniza a los afectados en estos casos o que es un riesgo poco probable; sin embargo, no es así”.

En España aunque la situación es diferente a causa de la existencia de la figura del Consorcio de Compensación de Seguros que presta un aseguramiento obligatorio en caso de inundaciones y otros fenómenos naturales de carácter extraordinario, entre otros riesgos, siempre que se haya contratado una póliza de seguro y solo si ésta incluya un recargo a su favor (Incendios, Multirriesgo o Todo Riesgo de Daños Materiales de hogar, comercio, empresas en general, Automóviles, Avería de Maquinaria, Pérdida de Beneficios, etc.).

El paso de la DANA por España en el pasado mes de septiembre, ha dejado un volumen de precipitaciones de más de 400 litros por metro cuadrado en 48 horas. Los desbordamientos de ríos han anegado grandes zonas urbanas y agrícolas en las provincias de Murcia, Alicante, Valencia y Almería, cobrándose la vida de 6 personas y provocando la evacuación de al menos 3 500 personas. Además, el temporal obligó a cortar más de ochenta carreteras.

Las indemnizaciones que ha estimado el Consorcio de Compensación de Seguros son de más  420 millones de euros con más de 20 000 asegurados afectados. Y serán muy superiores los daños no cubiertos por falta de cobertura aseguradora teniendo en cuenta la ausencia de pólizas de seguro de daños (fundamental para contar con la garantía del Consorcio que ampara “riesgoseExtraordinarios”) en empresas, administraciones públicas y particulares. También caben destacar las situaciones de infraseguro por una incorrecta valoración de los bienes asegurados en las pólizas suscritas, falta de cobertura por falta de pago de la prima, incorrecta descripción de los activos, etc.

En un contexto internacional, con la temporada de tormentas todavía por delante, tanto empresas como individuales deberían revisar su cobertura actual, prestando especial atención a la formulación de su póliza con respecto a las “exclusiones” y “límites”. Las políticas de propiedad y responsabilidad general pueden cubrir parcialmente las pérdidas, pero raramente lo hacen de manera completa en cuanto a los peligros relacionados con el medio ambiente. De igual modo, muchos de los asegurados contratan pólizas plurianuales y dado que la reinstauración de los límites no es algo que se realice a menudo, es posible que la cobertura de la póliza se reduzca a un evento meteorológico en concreto. Para estar preparado ante riesgos extraordinarios provocados por la naturaleza que pudieran afectar a activos dentro y fuera de España, es  crítico contar con un asesoramiento profesional a través de un bróker de seguros internacional.