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Huracanes y COVID: Un nuevo escenario de riesgos agregado, acelerado y potencializado

No es secreto, ni tampoco novedad, que la temporada de huracanes que está iniciando viene con un componente único que la hace especial y que incrementa significativamente su riesgo: el novel coronavirus Covid-19. En este nuevo escenario, los desastres naturales complican las pandemias y viceversa.

En la edición de este año del Informe Global de Riesgos se presentó un profundo análisis de cómo la interrelación de riesgos acelera e incrementa exponencialmente el efecto de los mismos. Ante esto, planteamos esta situación en dos dimensiones que hoy son totalmente relevantes. La primera sobre el medio ambiente, en la cual observamos con grave preocupación las consecuencias de la degradación ambiental continua, incluido el ritmo récord de disminución de las especies, lo cual hizo que sonáramos la alarma al clasificar el cambio climático y los problemas ambientales. De igual manera, esta es la primera vez en la historia del informe que los cinco principales riesgos globales en términos de probabilidad de ocurrencia son todos ambientales. 

La segunda dimensión fue en materia de salud y, específicamente, frente a los sistemas públicos en todo el mundo. Aquí se menciona el riesgo de que estos sistemas pueden no ser aptos para su propósito mismo, como resultado de los cambios en los patrones sociales, ambientales, demográficos y el aumento de la longevidad. De igual manera, se concluye que el progreso contra las pandemias se estaba socavado, haciendo cada vez más difícil dar el golpe final contra una de las amenazas más grandes para la humanidad. 

Desafortunadamente, los pronósticos reportados a principios de año en el Informe Global de Riesgos sobre la posibilidad de enfrentar una compleja realidad geopolítica, económica, tecnológica, ambiental y de salud, han sido superadas por la realidad que estamos viviendo a partir de la pandemia del COVID-19, la cual nos ubica en un escenario mucho más crítico y retador. 

En este sentido, para la temporada de huracanes de este año tenemos situaciones que enmarcan este aceleramiento de riesgos y circulo vicioso por cuenta del coronavirus. Como primer ejemplo tenemos la experiencia del ciclón Amphan, una de las tormentas más fuertes del Océano Índico en décadas, que se estrelló contra la costa Este de India la semana del 17 de mayo pasado, y amenazó también a Bangladesh. Ambos países, densamente poblados y bajo medidas estrictas de cuarentena, tuvieron que evacuar a millones de personas a refugios de emergencia, pero esto se hizo con ciertas restricciones como que la ocupación tuvo que ser a la mitad de capacidad debido al temor de contagio frente al virus. Las medidas que tomamos para protegernos pueden aumentar sensiblemente nuestra exposición frente a otro riesgo.

En nuestra región de Latinoamérica, los países del Caribe y México están, como cada año, expuestos al riesgo de ser afectados por uno o varios huracanes y/o tormentas tropicales. Para este 2020, el pronóstico muestra una intensa actividad, con una probabilidad de entre seis y 10 huracanes, un promedio por encima de la media de cada año. A estas amenazas se le suma la situación actual de la pandemia.

Considerando que la temporada de huracanes dura hasta noviembre, un evento de esta naturaleza podría coincidir con un segundo brote de la pandemia, lo cual propiciaría un escenario sumamente complicado, pero estamos a tiempo para prepararnos.

Por lo anterior, no podemos esperar a que simplemente todo se resuelva o implorar porque no se presenten nuevas situaciones, la realidad es que es necesario que cada organización opte inmediatamente por evaluar sus escenarios posibles, cuantifique sus exposiciones, defina programas flexibles de gestión de riesgos y construya una fuerte resiliencia organizacional para enfrentar este mundo interconectado y acelerado de riesgos. 

Como consultores de riesgos, nuestra principal recomendación es desarrollar e implementar un plan de acción de 4 pasos:

  • Definir y evaluar los principales escenarios de impacto por riesgos en agregado por Covid-19, aplicables a cada organización. 
  • Comprender y evaluar que tan preparados están, revisando los planes existentes y verificar que los programas de seguros estén actualizados. 
  • Delinear los planes de continuidad del negocio y gestión de crisis dirigidos a minimizar los impactos específicos.
  • Comunicar y comunicar. Mantener canales abiertos activos y confiables para informarse y mantener informados a todos en la organización.

El universo de riesgos no se detuvo por cuenta del COVID-19, y hoy más que nunca es imperativo estar preparados y anticiparnos.

Our people

Gerardo	Herrera

Gerardo Herrera

Líder de Consultoría de Riesgos en Latinoamérica

  • Colombia