El Niño ha llegado y los científicos del clima predicen que podría intensificarse y seguir siendo un importante factor de riesgo climático durante 2023 y 2024.
Esto significa que las organizaciones y sus profesionales de riesgos deben estar preparados y listos para responder a los posibles desafíos climáticos generados por El Niño, como tormentas extremas, períodos prolongados de sequía, así como eventos meteorológicos inusuales que podrían afectar sus operaciones y estrategias de gestión de riesgos.
El Niño es un fenómeno climático natural caracterizado por un calentamiento inusual de las aguas superficiales en el Océano Pacífico oriental. Afecta las temperaturas del océano y los patrones climáticos desde América del Norte hasta América del Sur y Australia. Ocurre cada dos a siete años y es la "fase cálida" de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), siendo La Niña su "fase fría".
En condiciones normales, los fuertes vientos alisios empujan el agua superficial cálida hacia el oeste a través del Pacífico tropical, lo que provoca un surgimiento de agua fría a lo largo de las costas de América del Sur. Sin embargo, durante los eventos de El Niño, estos vientos alisios se debilitan, lo que hace que las aguas superficiales cálidas se muevan hacia el este, interrumpiendo su afloramiento. Esto puede provocar impactos significativos en los ecosistemas costeros y la pesca, con consecuencias económicas potencialmente devastadoras.
Los efectos de El Niño en el clima global son de gran alcance y crean teleconexiones (anomalías climáticas interrelacionadas, duraderas y de gran escala) que influyen en los patrones climáticos en todo el mundo. Los fuertes fenómenos de El Niño pueden provocar un aumento de las precipitaciones en algunas regiones y sequías en otras, afectando el suministro de agua, la agricultura, a los agricultores, a las procesadoras de alimentos, así como a los fabricantes y a los distribuidores.
Estas alteraciones en la circulación atmosférica global y en las temperaturas del agua pueden generar un clima invernal inusual en algunas regiones y tormentas tropicales, huracanes y tornados más fuertes en otras.
En 1982-1983 y 1997-1998 se produjeron fenómenos notables de El Niño, que crearon importantes cambios climáticos en todo el mundo y provocaron pérdidas de ingresos mundiales de 4.1 billones de dólares y 5.7 billones de dólares, respectivamente, según investigadores del clima.
Los líderes empresariales y los profesionales de riesgos deben revisar y actualizar sus planes de preparación, respuesta y recuperación para salvaguardar a las personas, las propiedades y las operaciones. Además, deben estar preparados para informar con prontitud las reclamaciones de seguros en caso de pérdidas. Esto incluye:
Como profesional de la gestión de riesgos, es fundamental que conozca y comprenda la posible interrupción de su negocio, así como los riesgos asociados con el fenómeno de El Niño de 2023-2024 e implementar estrategias para mitigarlos. Si bien el impacto de El Niño este año, sigue siendo incierto aun, tomar medidas proactivas ahora puede ayudarle a su organización en su resiliencia y a resistir de manera más efectiva cualquier desafío relacionado con el clima que pueda surgir.