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Nuevos desafíos para garantizar la resiliencia del recurso más importante del negocio, el individuo.

Tras un año que ha estado marcado por la pandemia COVID-19, iniciamos en año 2021 con nuevos retos.  Un año después de que el COVID-19 apareciera en nuestras vidas, nos encontramos ante una nueva sociedad (transformada, debilitada y con nuevas necesidades), que ha cambiado su forma de relacionarse, trabajar y por tanto de hacer prevención. Ahora más que nunca la gestión de riesgos laborales debe seguir trabajando intensamente dando respuesta ágil a estos grandes desafíos, ayudando a las empresas a mejorar la seguridad y salud en sus centros de trabajo.

La salud mental como un detonante de nuevos riesgos

La llegada del COVID-19 supuso un cambio muy importante en la forma de trabajar para el que buena parte de las empresas y sus trabajadores no estaban preparados. Tuvimos que aprender a vivir, trabajar, cuidar de nuestros hijos, dar clases educativas a nuestros hijos, cuidar a nuestros mayores, cuidar a nuestros enfermos, entre otras cosas. Todas estas actividades anteriores ejecutadas en muchas ocaciones de manera simultaneada debido a la pandemia. Este nuevo modelo de convivencia y entorno de trabajo definitivamente ha incrementado y agravado los problemas de salud mental en el lugar de trabajo. Al impacto de lo vivido en 2020 debemos sumar el agotamiento por la falta de equilibrio entre el trabajo y la vida para unos, la depresión por no socializar o la soledad para otros. Todo lo anterior descrito son algunos de los múltiples factores que han generado impactos en los riesgos psicosociales.

Por tanto, la salud mental se ha convertido en el verdadero desafío de la gestión de riesgos laborales. Nuestros esfuerzos se han de centrar en la gestión del factor humano. Ofreciéndole espacios de consulta, potenciando la comunicación y cohesión de equipos en remoto; trabajando en un ambiente de confianza explicando muy bien las medias llevadas a cabo para evitar contagio y los protocolos, dándoles herramientas para trabajar sus emociones y ayudarles a sobrellevar este período. Ofreciéndoles flexibilidad en la distribución de jornadas, promoviendo la desconexión digital. Evaluando todo ello a nivel individual, equipo y empresa para dar la mejor de las respuestas en nuestra acción preventiva. Acciones que requieren inversión y un importante trabajo de concienciación y compromiso en las empresas quienes, tradicionalmente han gestionado poco los riesgos psicosociales.

La figura actual del líder de la gestión de riesgos laborales

El líder de la gestión de riesgos laborales en la pandemia del COVID-19, ha sido la de un líder esencial, hasta el punto de que así se reflejó en muchas de las guías presentadas por organismos públicos y entidades relacionadas, para la elaboración de planes de contingencia ante el COVID-19. Los valores de este líder son la empatía, comunicación efectiva y un espíritu de mejora continua. A ellas hemos de sumar, puesto que nos enfrentamos a una nueva situación que nos exigía adaptarnos, la resiliencia, confianza y diligencia. En definitiva, “Un verdadero líder es el que te hace sentir seguro”.

 

Como el líder de la gestión de riesgo laborales aporta valor al negocio

Debería trabajar en una mayor integración de la prevención en todas las empresas, que todos tomáramos parte de ella, y un mejor desarrollo de las funciones, recursos y capacitación de los Técnicos de Prevención. Dicho lo anterior, el líder de la gestión de riesgos laborales una gran oportunidad para reclamar el papel de vital importancia en el día a día de las empresas, no sólo en una situación de pandemia. Poner el foco en las consecuencias de una no inversión en prevención, los riesgos que se asumen, el valor de negocio (algunas estadísticas globales hablan que por cada 1$USD invertido en prevención de riesgos laborales se recuperan 2,5$USD) Debemos de seguir siendo la fuente de toma de decisiones para identificar áreas con problemas o prioridades a abordar con visión preventiva. En definitiva, ese liderazgo y visión clara trasmitida correctamente hacia la alta gerencia aporta sobre la resiliencia del negocio.

La empresa del futuro

El trabajo y los lugares de trabajo están sometidos a cambios continuos por la introducción de nuevas tecnologías, sustancias y procesos de trabajo, por cambios en la estructura de la población activa y del mercado laboral, y por formas nuevas de empleo y organización del trabajo. Cambios que se han acelerado en pandemia y que nos han permitido visualizar este horizonte a corto plazo. Todo lo anterior abona el terreno para que aparezcan nuevos riesgos y dificultades para la seguridad y la salud de los trabajadores que es necesario prever y abordar para garantizar el futuro y resiliencia de los negocios. Los avances tecnológicos crearán nuevos puestos, pero quienes van a perder sus trabajos podrían ser los menos preparados para aprovechar estas oportunidades. Las competencias de hoy no se ajustarán a los trabajos de mañana y las nuevas competencias adquiridas podrían quedar desfasadas rápidamente

Por tanto, hablamos de cambios importantes, la respuesta del trabajador ante éstos será fundamental: la necesidad de resiliencia y de adaptabilidad de los individuos será clave, los nuevos tipos de trabajadores resultantes y los retos específicos a los que se enfrentan los recién llegados vs los trabajadores de más edad (envejecimiento poblacional).