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Salud mental en el Perú: ¿qué pueden hacer las empresas?

La salud es un tema que preocupa a las personas y a las organizaciones, pero cuando se habla de salud mental, la preocupación crece un poco más, ya que es un tema reciente en cuanto a adquisición para la cultura preventiva de enfermedades comunes y laborales. Sin embargo, podemos mencionar que el abordaje en las empresas es aún insuficiente y limitado.    

Cuando escuchamos el término “salud mental”, muchos pensamos en la ausencia de enfermedad mental, pero la salud mental es mucho más que no padecer una enfermedad mental. Este estado guarda relación con la vida cotidiana, con el modo con que cada uno se lleva consigo mismo, con sus familias, en el trabajo, con la pareja, con los pares y en la sociedad. 

Recordemos que la OMS define a la salud mental como un “estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”. Este concepto evidencia que la salud mental es uno de los aspectos más importantes de la salud, incluso podemos indicar que la salud física, sin salud mental no tiene sentido.

La data actual nos demuestra que más de seis millones de peruanos requieren atención médica relacionada a problemas de salud mental. Cerca del 20% de habitantes de nuestro país padecería trastornos de depresión, ansiedad, estrés u otros más complejos que derivan en adicciones y episodios de violencia (MINSA, 2019). 

La información dada por la Organización Mundial de la Salud, y que preocupa a las empresas, es que la depresión será la segunda causa de discapacidad después de las enfermedades cardiovasculares en el año 2020. Adicionalmente, que tanto la depresión como la ansiedad tienen un impacto en la economía global de US$1,000 millones de dólares en pérdidas de productividad cada año. No obstante, prevalece otro discurso, el del prejuicio y bajo abordaje de los problemas de salud mental. 

La encuesta de Tendencias Médicas Globales, publicada por Mercer Marsh Beneficios, indica que a nivel mundial, los tres factores de riesgo principales siguen siendo el riesgo metabólico y cardiovascular, el riesgo dietario y el riesgo emocional / mental Informe Global de Tendencias Médicas 2018. Este dato va en sintonía con la prevalencia de los trastornos mentales como una de las causa de discapacidad a nivel mundial, lo cual también afecta directamente a las organizaciones (http://ihmeuw.org/4s32). 

En entorno sigue evidenciando la dificultad de empatizar con alguien que padece problemas de salud mental y que seguimos en la búsqueda de causas o responsables. El foco debe ser buscar soluciones y empezar a trabajar en prevención. De hecho, según la OMS, 1 de cada 4 personas presenta un trastorno mental a lo largo de la vida. Aunque pueda haber personas con más predisposición genética que otras a tenerlo, los factores ambientales pueden afectar de forma determinante en la aparición de trastornos mentales, con lo que todos estamos expuestos a ello.

Para prevenir problemas de salud mental, desde las organizaciones, los empleadores deben contar con la disposición para invertir, promover e involucrarse en los programas que promuevan hábitos saludables y seguros de los colaboradores. Enfocarse al manejo de estrés, prevención de la ansiedad y depresión, prevención de hostigamiento y acoso laboral, prevención del consumo de alcohol y tabaco, promoción del balance de la vida personal y del trabajo, además de fomentar la búsqueda de ayuda profesional para liberar o remover el estigma en salud mental, entre otros. 

En definitiva, el nuevo paradigma organizacional necesita incluir en el plan estratégico, los aspectos relacionados con el bienestar laboral de los trabajadores, el compromiso de los empleados y la motivación, con el objetivo de mejorar la salud de los trabajadores. 

Enfocarse en el cuidado y la prevención de la salud mental se convierte en una herramienta necesaria para lograr mejorar la calidad de vida de los colaboradores dentro y fuera del trabajo. 

No existe trabajo seguro y saludable sin contemplar la salud mental de los trabajadores, es por eso que cada vez más, los empleadores ven la salud mental como un imperativo empresarial clave. Sin embargo, existe una enorme necesidad de mejorar los planes de prevención y de intervención, además de un compromiso viable entre todos los niveles de liderazgo en las organizaciones.