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Informe

Informe de adaptación climática 2025

La Encuesta de Adaptación Climática de Marsh puede ayudar a las empresas a prepararse para los cambios y desafíos futuros. Explore los hallazgos y conclusiones clave de la encuesta de 2025.

La Encuesta de Adaptación Climática de Marsh puede ayudar a las empresas a prepararse para los cambios y desafíos futuros.

Explore los hallazgos y conclusiones clave de la encuesta de 2025.

Desde la gestión del riesgo climático hasta la acción frente al riesgo climático, las empresas están viendo cada vez más la adaptación climática como un elemento vital de sus esfuerzos de resiliencia.

La Encuesta de Adaptación Climática de Marsh se realizó en un contexto de eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes, cambios regulatorios y costos crecientes debido a los riesgos relacionados con el clima. Y en un momento en que las decisiones relacionadas con equilibrar los costos inmediatos frente a las necesidades de planificación de resiliencia a largo plazo están siendo objeto de un intenso escrutinio.

¿Realmente las empresas están enfrentando el desafío de la adaptación? De manera alentadora, el 78% de las organizaciones encuestadas están evaluando sus riesgos climáticos futuros. Y sin embargo, más del 50% de las empresas no están utilizando el análisis de costo-beneficio para justificar las inversiones en adaptación. Esta brecha muestra que los enfoques cuantitativos no tienen que obstaculizar los esfuerzos de adaptación incremental. Al mismo tiempo, las organizaciones tienen la oportunidad de cuantificar mejor el valor de las medidas de resiliencia e integrarlas en la toma de decisiones estratégicas.

Nuestra encuesta global ofrece información sobre cómo la adaptación es vista por las organizaciones del sector privado, particularmente a través del lente de los gestores de riesgos. Al desglosar la adaptación desde este punto de vista, estos resultados proporcionan una comprensión matizada de los desafíos, prioridades y oportunidades que definen el camino hacia un futuro climático más resiliente.

Conclusiones clave

  1. Evaluar los impactos de los peligros crónicos se está convirtiendo en una prioridad
    Más encuestados identificaron el estrés por calor y agua (peligros crónicos) que cualquier otro como parte de sus evaluaciones de riesgo físico, con solo las inundaciones clasificándose más alto. 
  2. La mayoría de las empresas encuestadas no están utilizando el análisis de costo-beneficio para justificar la adaptación
    Más de la mitad de los encuestados que creen que tienen suficiente financiación para llevar a cabo proyectos de adaptación no realizan un análisis de costo-beneficio antes de comenzar a implementar proyectos.
  3. Las organizaciones están fortaleciendo su resiliencia con la gestión de continuidad del negocio y medidas de ingeniería
    Más de la mitad de los encuestados ya han implementado o están planeando implementar la gestión de continuidad del negocio o medidas de ingeniería. Además, estas son las áreas que identificaron como más necesitadas de apoyo y orientación.
  4. El acceso al seguro aún no está impulsando las inversiones en adaptación​
    Solo el 5% de los encuestados señaló "acceso al seguro" como su motivación principal para invertir en adaptación, en comparación con el 53% que priorizó "la necesidad de gestionar el riesgo".

Hallazgos detallados para líderes empresariales y gestores de riesgos

Las organizaciones están experimentando los efectos de patrones climáticos severos en todo el mundo, desde incendios forestales en América del Norte hasta inundaciones en Europa y tormentas tropicales en Asia. Estos eventos no solo son disruptivos sino también financieramente significativos.

La encuesta encontró que las mayores proporciones de encuestados afectados por el clima extremo en los últimos tres años se encuentran en Asia (73%), India, Medio Oriente y África (68%) y Canadá (67%). Esta variabilidad regional subraya la importancia de las evaluaciones de riesgo localizadas y las estrategias de resiliencia adaptadas.

Según la encuesta, el 74% de los encuestados han experimentado pérdidas o interrupciones en sus activos físicos debido al clima extremo. Además de los riesgos físicos, la encuesta destaca que estos eventos están impactando cada vez más la seguridad operativa y personal, con el 67% de los encuestados reportando interrupciones o pérdidas relacionadas con operaciones y personas.

Es importante destacar que los hallazgos resaltan que los peligros climáticos representan riesgos que se extienden más allá de las preocupaciones a nivel de activos. Los impactos a nivel de sistema también son significativos, aunque en niveles más bajos: el 35% de las organizaciones reportaron impactos en sus clientes, el 32% en infraestructura crítica y el 21% en recursos y servicios ecosistémicos.

Dada la naturaleza amplia e interconectada de las amenazas relacionadas con el clima, no es sorprendente que el costo financiero de las catástrofes naturales continúe aumentando. Para finales de 2024, las pérdidas aseguradas globales por catástrofes, una subestimación de la verdadera magnitud de las pérdidas incurridas, superaron los US$100 mil millones por quinto año consecutivo.

En 2025, las pérdidas por seguros de catástrofes naturales ya están en camino de superar esta cifra.

Estas tendencias destacan la necesidad urgente de que las organizaciones adopten un enfoque holístico para comprender cómo han sido impactadas por las pérdidas de eventos climáticos extremos para que puedan prepararse mejor, responder y asignar recursos.

Existe una brecha notable en la profundidad del análisis de riesgos climáticos. Aunque el 75% de los encuestados dice que su organización está evaluando los impactos climáticos futuros, menos de la mitad (38%) realiza evaluaciones más allá de un nivel cualitativo. Casi una cuarta parte (22%) de los encuestados informa que no evalúa los impactos climáticos futuros en absoluto. Las principales barreras citadas incluyen la falta de datos completos, la excesiva dependencia de modelos de catástrofes que se centran en datos actuales o históricos, y la dependencia de planes de continuidad del negocio que pueden no tener en cuenta completamente los riesgos climáticos en evolución.

Además, el alcance de las evaluaciones climáticas es algo limitado. La mayoría se concentra en activos físicos (85%) y operaciones y personas (66%), que son componentes importantes. Sin embargo, muchas organizaciones están subestimando o pasando por alto los riesgos a nivel de sistema, como las dependencias de infraestructura crítica (45%) y las vulnerabilidades de los proveedores (43%), que pueden magnificar significativamente el impacto de los eventos climáticos.

El riesgo climático físico está exacerbando tanto las amenazas agudas como las crónicas. El peligro mencionado más comúnmente como una preocupación es la inundación, seguida por el estrés térmico y el estrés hídrico, aunque estos sentimientos divergen notablemente entre regiones.

Al evaluar tanto los peligros climáticos agudos como los crónicos, las organizaciones pueden anticipar de manera más efectiva los posibles impactos de los eventos relacionados con el clima. Por ejemplo, los modelos de riesgo de peligro múltiple que incorporan tanto peligros agudos como crónicos pueden permitir a las organizaciones priorizar las inversiones en resiliencia y adaptación, desarrollar planes de contingencia integrales y comprender mejor la naturaleza interconectada de estos riesgos.

La encuesta revela que los encuestados se centran principalmente en medidas operativas (45%) y financieras (30%) para reforzar su resiliencia ante los cambios por venir. Notablemente, más de la mitad de los participantes ya han implementado o están planeando adoptar estrategias de gestión de continuidad del negocio (BCM) e intervenciones de ingeniería, subrayando su reconocimiento de estas áreas como críticas para mantener la estabilidad y mitigar las interrupciones. Además, el 25% dijo que están implementando medidas estratégicas, como cambiar productos o servicios.

En términos de gobernanza, la responsabilidad de la adaptación climática parece estar distribuida de manera desigual. Mientras que el 54% de los encuestados identifica al oficial de sostenibilidad como la persona principal responsable de las iniciativas relacionadas con el clima, solo el 28% asigna esta responsabilidad al director de riesgos o jefe de riesgos. Esta distribución puede indicar que la adaptación climática todavía se ve a través de un lente de sostenibilidad en lugar de como un problema de gestión de riesgos. Integrar el riesgo climático en marcos más amplios de gestión de riesgos empresariales podría mejorar la coherencia estratégica y la responsabilidad, asegurando que las consideraciones de adaptación climática estén integradas en todos los niveles de toma de decisiones.

Mirando hacia el futuro, el 28% de los encuestados espera que sus inversiones en adaptación climática aumenten dentro de los próximos uno a tres años, mientras que el 20% anticipa que tales inversiones aumenten en los próximos tres a cinco años. Este marco de tiempo refleja un creciente sentido de urgencia para abordar los riesgos relacionados con el clima, alineándose con las tendencias más amplias de la industria y los hallazgos del Informe de Riesgos Globales 2025, que identificó los eventos climáticos extremos como amenazas inmediatas, a corto y largo plazo. Sin embargo, es notable que una proporción sustancial (22%) no espera ningún aumento en su gasto en adaptación climática. Esta divergencia sugiere niveles variables de priorización y asignación de recursos en las organizaciones, potencialmente influenciados por diferentes percepciones de riesgo, presiones regulatorias o restricciones financieras.

Aunque muchas organizaciones reconocen la importancia de la adaptación climática, otras prioridades empresariales a menudo compiten por recursos limitados. La mayoría de los encuestados (60%) cree que su organización tiene niveles apropiados de financiación dedicados a los esfuerzos de adaptación climática. Curiosamente, realizar un análisis de costo-beneficio no parece ser una barrera significativa para la inversión; más del 50% de aquellos con financiación dedicada no realizan rutinariamente tales análisis. Esto puede indicar un enfoque pragmático donde las organizaciones están dispuestas a asignar recursos basándose en una comprensión innata del riesgo en lugar de evaluaciones económicas detalladas.

Sin embargo, una porción significativa de encuestados (40%) siente que su organización carece de financiación suficiente para una adaptación climática efectiva. Los desafíos citados incluyen la tendencia de otras prioridades empresariales a eclipsar las iniciativas climáticas, la falta de conocimiento y comprensión sobre los escenarios climáticos futuros, y los intereses en competencia por recursos limitados. Esto destaca una posible brecha en la comprensión del alcance completo y los beneficios de la adaptación climática, por ejemplo, cada US$1 invertido en resiliencia y preparación ahorra US$13 en ahorros a largo plazo y costos evitados, así como el desafío de equilibrar las inversiones relacionadas con el clima con las demandas operativas inmediatas.

Las tres áreas principales donde se necesita apoyo adicional se encontraron en la ingeniería de activos, la gestión de continuidad del negocio (BCM) y el desarrollo de sistemas de alerta temprana. Las medidas de ingeniería y BCM también son las áreas que más activamente se están implementando o planificando para su implementación, reflejando un claro énfasis estratégico en la resiliencia operativa y la mitigación de riesgos.

Existe una posible desconexión: mientras que el 75% de las organizaciones están evaluando los impactos climáticos futuros, principalmente desde una perspectiva de riesgo, muchas aún no han reconocido completamente la adaptación climática como una oportunidad de inversión para mejorar su gestión de riesgos empresariales en general, con el 40% de los encuestados indicando que la financiación actual para la adaptación climática no es adecuada. Debido al consenso generalmente extendido sobre la importancia crítica de la mitigación climática, tales esfuerzos han recibido históricamente un mayor enfoque, haciendo algo más desafiante asegurar atención e inversión dedicadas en adaptación. Afortunadamente, una variedad de opciones de políticas, soluciones de financiamiento de riesgos y estrategias de planificación de resiliencia están disponibles para ayudar a los gestores de riesgos a cerrar esta brecha.

La encuesta muestra que la motivación para la adaptación climática entre los encuestados está impulsada en gran medida por presiones internas y de las partes interesadas en lugar de consideraciones de seguros. Aproximadamente el 75% de los encuestados informa una preocupación limitada o nula sobre la indisponibilidad o inaccesibilidad de seguros en la actualidad, lo que sugiere que el acceso a seguros no es un impulsor principal para sus esfuerzos de adaptación. De hecho, en promedio, solo el 5% de los encuestados identificó el acceso a seguros como su principal motivación para invertir en resiliencia climática y solo el 10% no percibe una demanda significativa de adaptación por parte de sus aseguradoras.

Aunque el acceso a seguros no es el principal impulsor de la demanda de adaptación, la necesidad de gestionar el riesgo es la motivación más referenciada para invertir en adaptación climática, seleccionada por el 53% de los encuestados. Esta motivación probablemente refleja un reconocimiento creciente de que el cambio climático presenta riesgos sistémicos para las empresas, lo que requiere una adaptación estratégica para proteger activos, mantener flujos de ingresos y mejorar la resiliencia.

Más allá de la gestión de riesgos, las organizaciones están motivadas por el imperativo de salvaguardar sus operaciones, reputación y posición de cumplimiento, con un reconocimiento del potencial de ventaja competitiva (17%) y presiones regulatorias (13%) citadas como impulsores para una mayor inversión en adaptación climática. Alinear las soluciones de seguros con estas motivaciones más amplias puede ayudar a mejorar los mecanismos de transferencia de riesgos, apoyando a las organizaciones en el logro de sus objetivos de resiliencia.

Nuestros especialistas

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Álvaro Cangas

Climate & Sustainability Practice Leader, Marsh

  • Spain

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