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Factores de riesgo psicosociales, un costo emergente en salud

El bienestar de las personas hasta hace poco se tenía asociado a un buen estado de salud biológico y a la ausencia de una enfermedad orgánica. Sin embargo, actualmente dicha percepción ha virado hacia un enfoque más integral incluyendo los ámbitos psicológicos y sociales, siendo éstos últimos difíciles de cuantificar por su naturaleza propia, además del estigma que representa la asimilación de un padecimiento de este tipo.

Hoy en día, la globalización ha dado paso al estrés laboral y a los factores psicosociales, convirtiéndolos en una expresión habitual de nuestra vida cotidiana que converge finalmente en enfermedades - algunas de ellas mortales y  con un alto costo - como infartos cardiacos y cerebrales, trastornos del sueño del tipo insomnio y fatiga crónica; padecimientos gastrointestinales como gastritis, síndrome de intestino irritable, úlceras, entre otros.

Circunstancias como la carga de trabajo,  jornada de trabajo, ritmo de trabajo, claridad y sobrecarga de los roles asignados, factores ergonómicos, autonomía y control en el ambiente han sido elementos determinantes que han impactado en factores psicosociales como el agotamiento emocional, baja realización en el trabajo o despersonalización. Ante esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el 2020 la depresión y la baja autoestima serán las principales causas de incapacidad en el mundo.

De acuerdo con el Estudio de Beneficios 2016 de Mercer Marsh Beneficios, la afección número 1 señalada por los directores de Recursos Humanos que participaron en el reporte es el “estrés laboral”, con un 86% de frecuencia, afectando la calidad de vida, compromiso laboral y productividad de sus empleados, lo que provoca la necesidad de implementar una serie de estrategias para mitigar dicha situación y contener gastos de padecimientos derivados de cuestiones relacionadas a la salud mental. 

Sobre este mismo se ha encontrado un aumento en los gastos relacionados a la asistencia de la especialidad de psiquiatría con respecto a años anteriores, existiendo una tendencia al alza, aumentando 1.2  veces los costos generados por dicha especialidad del 2013 al 2014, y un incremento significativo de 3.6 veces el aumento del costo del 2014 al 2015.

En referencia al costo promedio por este tipo de casos, ha ido en aumento: en 2013 con un costo promedio por uso de este servicio de $6,884 se detectó un aumento de 6 veces más en 2015 con una cantidad de $41,693.

De acuerdo a la información de Mercer Marsh Beneficios, la frecuencia de los casos presentados en  2013 y 2014 fue de 10 pacientes adultos con alguna alteración en su salud emocional, y para el 2015 se presentaron solamente seis casos. Pese a una prevalencia relativamente baja, el costo ha sido considerablemente más alto en estos últimos.

¿Qué se está haciendo para atacar la problemática?

Japón es uno de los países que siempre nos sorprende por su vanguardia y ésta no es la excepción: desde la décadas de los años 70 identificó el problema social de Karoshi, que significa muerte por exceso de trabajo, un problema de salud pública que llevó a la implementación de “The stress check program”, una nueva política nacional de vigilancia y detección del estrés psicosocial en el lugar de trabajo, con lo cual planean reducir las muertes por exceso de trabajo.

En México, ante esta situación y los altos costos por enfermedades derivadas de los factores psicosociales, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social elaboró la “NOM-035-STPS-2016, Factores de riesgo psicosocial-Identificación y prevención”, con la cual se prevé la identificación y sensibilización de la situación como un compromiso de las empresas.

En el sector empresarial se ha empezado a proyectar aún más el término “Wellness” con el objetivo inicial de disminuir el estrés, así como otros factores de riesgo psicosociales en la comunidad trabajadora. Estas iniciativas han teniendo como resultado un aumento en la calidad de vida, de cara al empleado, y la disminución del costo las pólizas de gastos médicos derivados de factores psicosociales, dando una ganancia significativa para las empresas bajo este tipo de iniciativas.

Adicionalmente, del año 2010 al 2016 se ha visto un incremento en el porcentaje de empresas con un programa bien estructurado de Wellness donde se incluyen iniciativas de salud así como para disminuir el estrés. Basándonos en la experiencia 2010 de Mercer Marsh Beneficios, 1 de cada 14 empresas tenía un programa de Wellness (lo que representaba un 7% de las participantes) mientras en el 2016 ha aumentado a 1 de cada 4 (representando un 25% del total).

Finalmente, contar con un programa de Wellness estructurado entrega a las empresas un retorno de inversión de 2:1 lo cual significa que por cada peso que las compañías han invertido en bienestar, en  los siguientes tres años, el doble de la cantidad invertida se obtiene en costos evitados, tomando en cuenta todas las iniciativas incluyendo las que tienen por objeto reducir el estrés. 

¿Gastos en salud psicosocial? No. Más bien es una inversión inteligente en salud. 

 

Jonathan Cuevas

Director de Wellness de Mercer Marsh Beneficios

  • Mexico