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Trabajar y amamantar: un delicado balance protegido por la ley

La Organización Mundial de la Salud y UNICEF recomiendan que la alimentación infantil ideal durante sus primeros meses de vida, se base primordialmente en la lactancia materna, siendo esta exclusiva hasta los seis meses y pasando luego a incluir otros alimentos complementarios hasta un mínimo de 2 años o el tiempo que la madre y el infante lo deseen. Sin embargo, esto puede llegar a ser una tarea dificultosa para las madres que se ven obligadas a reintegrarse a ciertos modelos de trabajo remunerado, que no proveen las condiciones básicas necesarias para que las madres lactantes puedan integrar la lactancia de manera exitosa a la jornada laboral.

Por este motivo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT),  ha establecido en el Artículo 3 de su convenio N° 183 sobre la protección de la maternidad, la prohibición de los trabajos forzosos o que pongan en peligro la salud de cualquier mujer durante su período de lactancia. Por otro lado, la OMS introduce en su apéndice sobre la salud de las mujeres en período de lactancia, la importancia prioritaria de poder garantizar un ambiente laboral saludable, que permita la posibilidad de recolectar y preservar la leche materna para la posterior alimentación adecuada del pequeño, principal prioridad y deseo de las madres.

Ahora, es importante estar conscientes de que muchas empresas en el ambiente laboral latinoamericano no garantizan el desarrollo de esta actividad, motivo por el cual todas las madres deberán siempre tener un plan de acción alterno que les permita ejecutar dicha necesidad sin poner en ningún peligro la salud alimenticia del recién nacido.

¿Cómo garantizar la alimentación del bebé cuando los empleadores no otorgan el permiso de lactancia?

Al comenzar el reintegro laboral durante el periodo de lactancia, es muy importante que las madres comuniquen a sus empleadores la importancia de poder garantizar este tipo de alimentación para el infante. Si esto no es posible, existen múltiples maneras de poder sobrellevar estas adversidades.

Si la vivienda de la madre se encuentra cerca de la zona de trabajo, es recomendable que ésta se traslade hasta la ubicación del pequeño para realizar una alimentación directa.

De no ser así, entonces la recolección previa de la leche puede llegar a ser la opción más idónea para poder garantizar la salud del bebé. Contrario a lo que se pueda creer, no es para nada peligroso la alimentación del pequeño a través de biberones si es ejecutada teniendo los siguientes puntos en mente:

Utiliza un buen extractor de leche materna de preferencia automático, con recipientes de recolección para que puedas vaciarte los dos pechos al mismo tiempo.

Mantén siempre la leche que recolectaste en lugar refrigerado, para conservar de manera segura el alimento del bebé.

Si es posible, recolecta dentro de los descansos laborales la leche materna, esta podrá servir para alimentar posteriormente al bebé.

No olvides que la alimentación directa es siempre la prioridad, así que cuando llegues del trabajo, o durante los fines de semana, no prives a tu bebé de poder recibir su alimento directamente de la mama.