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¿Cómo enfrentar los desafíos de la Cuarta Revolución Industrial?

La Cuarta Revolución Industrial está transformando la humanidad y cambiando nuestra manera de vivir, trabajar y relacionarnos, pero también puede ser perturbadora por los riesgos que implican las nuevas tecnologías.

La gestión de los riesgos y los desafíos que ha traído consigo la Cuarta Revolución Industrial (4IR, por sus siglas en inglés) fue el tema central del Foro Económico Mundial 2016 (WEF, por sus siglas en inglés) que tuvo lugar hace un año en Davos, Suiza, y permaneció durante el foro de este año. La mitigación de los riesgos de la 4IR es un reto importante en el recientemente publicado Informe de Riesgos Globales

A lo largo del 2016, Klaus Schwab, fundador de WEF y presidente ejecutivo, expuso su perspectiva de la Cuarta Revolución Industrial en una serie de artículos, así como en un libro. Schwab posiciona la 4IR dentro del contexto histórico de tres revoluciones industriales anteriores: la primera impulsada por el vapor y el agua, la segunda por el acero, el petróleo, la electricidad y la producción en masa; y la tercera por el amanecer de la era digital.

La 4IR se basa en nuestra revolución digital en curso. "Esto implica nada menos que una transformación de la humanidad", escribió Schwab en la introducción de su libro. "Estamos en el comienzo de una revolución que está cambiando fundamentalmente nuestra manera de vivir, trabajar y relacionarnos unos con otros".

"No se trata de la sorprendente confluencia de nuevos avances tecnológicos, que cubren campos tan amplios como la inteligencia artificial, la robótica, el Internet de las cosas, los vehículos autónomos, la impresión 3D, la nanotecnología, la biotecnología, la ciencia de los materiales, el almacenamiento de energía y la computación cuántica, por nombrar algunos. Muchas de estas innovaciones están en su infancia, pero ya están alcanzando un punto de inflexión en su desarrollo a medida que se basan y se amplifican en una fusión de tecnologías a través de los mundos físico, digital y biológico”, agrega Schwab.

Junto con sus muchos beneficios, las revoluciones tecnológicas también han sido muy perturbadoras. Las tecnologías de la 4IR nos ayudarán a abordar algunas de las áreas problemáticas más acuciantes del siglo XXI, incluyendo la salud, la educación, la energía, la inclusión económica y el medio ambiente. Pero también debemos identificar los nuevos riesgos globales creados por la 4IR, que, si no se abordan adecuadamente, podrían potencialmente amenazar nuestro bienestar.

Debemos aprovechar las oportunidades y mitigar los riesgos. "La medida en que se maximicen los beneficios y se reduzcan los riesgos dependerá de la calidad de la gobernabilidad -las reglas, normas, estándares, incentivos, instituciones y otros mecanismos que configuran el desarrollo y despliegue de cada tecnología en particular", se cita en el Informe de Riesgos Globales 2017.

Es importante encontrar el equilibrio adecuado. Las restricciones excesivamente estrictas pueden retrasar los beneficios potenciales, mientras que el gobierno laxo puede conducir a un uso irresponsable y a una pérdida de confianza pública.

Para entender mejor el panorama del riesgo de la 4IR, el WEF llevó a cabo una Encuesta Global de Percepción de Riesgo (GRPS), en la que pidió a los encuestados evaluar tanto los beneficios positivos como los riesgos negativos de 12 tecnologías emergentes. La inteligencia artificial y la robótica se destacaron, obteniendo los puntajes de riesgo más altos, así como algunos de los resultados positivos más altos.

A diferencia de la biotecnología, que también obtuvo altos beneficios y altas puntuaciones de riesgo, la AI está ligeramente regulada, lo que puede deberse a que sólo ha llegado a un punto de inflexión de las aplicaciones y la aceptación del mercado en los últimos años. Sin embargo, dados los riesgos involucrados, la comunidad de investigación de AI y las autoridades gubernamentales han argumentado recientemente por la necesidad de fortalecer la gobernabilidad de la IA.

Una de las mejores exposiciones de los retos de la vanguardia de los sistemas de AI se encuentra en un artículo publicado por Tom Dietterich y Eric Horvitz, actual y ex presidente de la Asociación para el Avance de la Inteligencia Artificial. Ellos enumeran tres riesgos principales a los que debemos prestar mucha atención:

Complejidad del software de IA: "El estudio de la ‘verificación’ del comportamiento de los sistemas de software es desafiante y crítico, y se han hecho muchos progresos. Sin embargo, la creciente complejidad de los sistemas de AI y su alistamiento en roles de alto riesgo, como el control de automóviles, robots quirúrgicos y sistemas de armas, significa que debemos redoblar nuestros esfuerzos en la calidad del software".

Ataques cibernéticos: "Los algoritmos de la AI no son diferentes de otros software en términos de su vulnerabilidad al ciberataque. Pero debido a que se les pide a los algoritmos AI que tomen decisiones de alto riesgo, como conducir vehículos y controlar robots, el impacto de los ciberataques exitosos en los sistemas de IA podría ser mucho más devastador que los ataques en el pasado. ... Antes de poner los algoritmos AI en el control de las decisiones de alto riesgo, debemos estar mucho más seguros de que estos sistemas pueden sobrevivir ciberataques a gran escala".

El aprendiz de brujo. Debemos asegurarnos de que nuestros sistemas de AI hacen lo que queremos que hagan. "Además de depender de mecanismos internos para asegurar un comportamiento adecuado, los sistemas de IA necesitan tener la capacidad y responsabilidad de trabajar con la gente para obtener retroalimentación y orientación. Ellos deben saber cuándo parar y 'pedir direcciones', y siempre estar abiertos para la retroalimentación".

Para ayudarnos a entender mejor y manejar estos retos cruciales, Horvitz encabezó el lanzamiento de AI100 en la Universidad de Stanford hace dos años, "un esfuerzo de 100 años para estudiar y anticipar cómo los efectos de la inteligencia artificial se agitarán a través de cada aspecto de cómo las personas trabajan, viven y juegan”.

La IA y la robótica no son sino una de las varias tecnologías emergentes que impactarán profundamente en la Cuarta Revolución Industrial. Pero, como nos recuerda Schwab en su libro, "La tecnología no es una fuerza exógena sobre la cual no tengamos control. No estamos limitados por una elección binaria entre ‘aceptar y vivir con ella’ o ‘rechazar y vivir sin ella’. En lugar de ello, debemos tomar el cambio tecnológico como una invitación a reflexionar sobre quiénes somos y cómo vemos el mundo".