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Buenas prácticas en gestión de riesgos laborales

Considerando que ya es un reto importante para toda empresa lograr el cumplimiento de estándares legales y corporativos en seguridad y salud, cada vez se hace más difícil diseñar estrategias que permitan verdaderamente generar indicadores positivos en términos de reducción de accidentes, enfermedades ocupacionales y formación de una cultura de prevención sólida.

Buscar experiencias en otras empresas puede ser enriquecedor y un buen punto de partida. Sin embargo, es importante  saber dónde buscar y cómo reconocer las buenas prácticas o “best practices” que se consideren confiables y que podamos adaptar a nuestra gestión.

Puede reconocer una buena práctica porque:

  1. Resuelve un problema específico.
  2. Es innovadora.
  3. Su impacto se mide a través de indicadores.

El siguiente caso de estudio sobre una empresa internacional de transporte en bus que lidiaba con cómo gestionar la fatiga de sus conductores, nos deja su experiencia en la implementación de un Programa de Gestión de Fatiga.

Principales Componentes del Programa:

  • Rediseño de duración de las jornadas de conducción.
  • Implementación de lugares de descanso para los conductores.
  • Curso para supervisores y gerentes sobre reconocimiento de la fatiga y concientización sobre su impacto.
  • Diseño de materiales didácticos para el entrenamiento.
  • Talleres dinámicos para los conductores y sus familias.

Se midió el impacto de las actividades del programa durante 12 meses. Estos fueron los resultados:

  • 50% de reducción en niveles de fatiga de los conductores.
  • 39% de reducción en la reparación de los buses por accidentes menores (retrocesos, roces, incidentes por distracción).
  • 47% de reducción en descansos médicos por enfermedad común.
  • 28% de reducción en gastos médicos.

El éxito de una buena práctica dependerá de factores como el nivel de compromiso e involucramiento de la alta dirección y de todo nivel en la empresa, así como el diseño adecuado de objetivos y metas.

Es importante definir algunos criterios durante la planificación. Sugerimos la siguiente estructura:

  • Necesidad.
  • Definición de objetivo.
  • Definición de indicadores.
  • Definición de equipo de trabajo.
  • Documentación de la buena práctica.
  • Análisis y desarrollo del modelo.
  • Implementación de la práctica.

Cada una de estas etapas nos va a permitir adaptar la buena práctica seleccionada a nuestra organización y que se alinee con la estructura de los equipos de trabajo, el lenguaje corporativo y con la visión y misión empresarial.

En conclusión, siempre será necesario buscar y revisar la mejor manera de lograr nuestros objetivos en seguridad y salud. Recomendamos hacerlo a través de publicaciones en fuentes oficiales de información.

Our people

Gisella Balbuena

Consultor de Salud Ocupacional en Marsh

  • Peru

Stella Spetale

Consultora de Seguridad Ocupacional en Marsh

  • Peru