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El-impacto-del-coronavirus-en-los-negocios

Las pandemias lideran el panorama nacional de gestión de riesgos en muchos países. Por ejemplo, la gripe pandémica encabeza la lista de peligros naturales del Registro Nacional de Riesgos de Reino Unido, y las enfermedades infecciosas emergentes están catalogadas como preocupantes. 

Entendido como un problema sanitario, cada brote de una infección potencialmente peligrosa obliga a las autoridades a formular preguntas y plantear distintas respuestas que se puedan aplicar gradualmente según sea necesario. Sin embargo, es necesario que los gobiernos nacionales equilibren la seguridad sanitaria y los recursos económicos y sociales. Se trata de un reto que puede tener consecuencias a largo plazo para las comunidades y las empresas

Gestión de una crisis global
Desde que se inició el brote conocido como Covid-19 en diciembre de 2019 ya se ha extendido a 90 países, afectando al sistema económico mundial y a la movilidad internacional.

A diferencia de la enfermedad del Ébola (2013-2016) –más mortal pero menos contagiosa, posiblemente más aislada y eventualmente contenida por los países ricos que invierten dinero en África– Covid-19 afecta a economías más grandes y presenta dificultades en cuanto a su gestión. Además, el surgimiento del brote coincide con un momento de erosión de la confianza dentro de los países y entre ellos, con los líderes políticos presionados por el malestar social y con enfrentamientos económicos entre las principales potencias.

La gestión eficaz de una crisis global, como las pandemias, debe tener en cuenta la preparación, la respuesta y la repercusión a nivel local, nacional e internacional. El análisis del nivel de preparación para hacer frente a las pandemias muestra que muchos países, especialmente en los que podrían surgir nuevos patógenos, no están bien preparados para detectar, informar y responder a los brotes.

Pérdida de confianza y pánico social
Con millones de trabajadores en cuarentena y negocios en escasez, China trata de encarrilar la actividad económica. A los países que cuentan con planes de continuidad de negocio les está resultando más fácil frenar la propagación de la infección, aunque no los hace inmunes a las presiones políticas y económicas.
Covid-19 ha mostrado también cómo la inacción o una acción incorrecta dañan la confianza y la cooperación entre los ciudadanos y los países. Las medidas de control centralizadas pueden parecer necesarias para detener o retrasar la propagación y compensar la capacidad de recuperación de los individuos y las comunidades, pero también pueden causar daños.

Las cuarentenas masivas en ciudades o cruceros aumentan los riesgos de salud mental de las personas, ya que pueden sufrir estrés, ansiedad, sensación de aislamiento y pérdida del control sobre sus vidas. Las prohibiciones de viaje pueden desmotivar a las personas y a las instituciones a compartir información y a revelar futuros brotes. Los sistemas de salud débiles o desbordados tratan de limitar la propagación y hacer frente a las crecientes necesidades de atención, lo que reduce aún más la confianza en las instituciones.

Los medios de comunicación y las plataformas digitales provocan que el pánico social se extienda, ya que magnifican las incertidumbres y la desinformación a través de los contenidos que se comparten (datos, anécdotas, especulaciones…).

¿Cuál es el impacto en los negocios?
En el momento en el que se considera necesaria una respuesta normativa estricta, las empresas se verán inevitablemente afectadas, notando los efectos a corto plazo y las consecuencias no previstas a largo plazo.

  • Las restricciones y cuarentenas de viajes que afectan a millones de personas han dejado a las fábricas chinas sin mano de obra ni piezas de recambio, lo que ha provocado una interrupción en las cadenas de suministro y ha afectado a las ventas de los sectores tecnológico, automovilístico, de bienes de consumo, farmacéutico y otras.
  • Los precios de los productos básicos han descendido debido a una caída en el consumo de materias primas en China, y los productores están considerando la posibilidad de reducir la producción. 
  • Las interrupciones en la movilidad y el trabajo han provocado un importante descenso del consumo en China, afectando a las compañías multinacionales de distintos sectores, como la aviación, la educación en el extranjero, las infraestructuras, el turismo, el ocio, la hostelería, la electrónica y los bienes de consumo y de lujo.

En general, el crecimiento del PIB de China puede disminuir en 0,5 puntos porcentuales este año, restando por lo menos 0,1 puntos porcentuales el crecimiento del PIB mundial. Esto se propagará a través de los mercados desarrollados y emergentes con gran dependencia de China. Muchos países de África y Asia carecen de capacidad para identificar, aislar y tratar a los pacientes durante un brote. La debilidad de los sistemas en cualquier lugar constituye un riesgo para la seguridad sanitaria mundial, lo que aumenta la posibilidad de contagio y las consecuencias sociales y económicas

¿Por qué las empresas deben invertir en la resiliencia para hacer frente a las pandemias?
Las epidemias y pandemias son, por lo tanto, un riesgo empresarial que aumenta las tendencias y las vulnerabilidades. A largo plazo, Covid-19 puede servir como otra razón –además de los reglamentos proteccionistas y las necesidades de eficiencia energética– para que las empresas reevalúen su exposición a la cadena de suministro en las regiones propensas a los brotes y para que se reconfiguren regionalmente.

Por otro lado, es posible que las empresas también tengan que hacer frente a la intensificación de los riesgos políticos, económicos y de seguridad sanitaria. 

Más allá de las preocupaciones relacionadas con la continuidad operacional de las empresas, la protección de los empleados y la protección de los mercados, las empresas y los países deben examinar de nuevo su exposición a interdependencias complejas y la evolución de los efectos de las pandemias y otras crisis.

Una vez que se contenga el Covid-19, es probable que gran parte del mundo vuelva a la autocomplacencia y siga estando poco preparado para el próximo brote imprevisible. Las empresas que inviertan en la capacidad de recuperación estratégica, operacional y financiera ante los nuevos riesgos mundiales estarán en mejores condiciones de responder y recuperarse.